Opinión de Javier Santos, concejal de Deportes del ayuntamiento de Getafe

GETAFE/ 27 JUNIO 2017/ Son varias las personas que me han dicho que hay que condenar los actos realizados por un grupo minoritario de aficionados del Getafe CF ante la afición del Club Deportivo Tenerife, y está claro que lo condeno, como lo condena la inmensa mayoría de los aficionados de nuestro club.

Condeno todos los actos que supongan una ofensa a las personas o a las instituciones, como también condeno todos los actos denigrantes que hemos sufrido los aficionados del Getafe CF, aficionados, que como todo el mundo sabe, somos los más maltratados mediáticamente.

Me siento muy orgulloso de ver como los aficionados de otros clubs siempre han podido venir a Getafe a disfrutar de su equipo sin ningún problema, han paseado por nuestras calles, se han hermanado con nuestras peñas y han cantado y animado a su equipo en nuestro Coliseum. He participado en el Congreso Nacional de Federaciones de Peñas de Equipos de Futbol (organizado por Aficiones Unidas) y he podido disfrutar en él de la mejor versión del Futbol, de sus aficionados y sus peñistas (por cierto, la Federación de Peñas del Getafe CF fue quien más participantes aportó con más del doble de la siguiente afición)

Pero también debo decir, que todavía tengo los recuerdos del trato recibido en la salida que hicimos el año pasado al partido transcendental contra el Real Betis Balompié, y es que acostumbrado a la armonía de los partidos en el Coliseum, nos encontramos con un recibimiento muy, pero que muy hostil y que provocó escenas francamente lamentables y una impotencia de nuestra afición, sin precedentes.

Como también me acuerdo de la reciente visita a Tenerife para ver el partido de ida de este maravilloso playoffs, y me acuerdo del trato recibido por nuestro presidente y su junta directiva, donde le obligaron a acceder al estadio recorriendo unos 300 meros andando entre la afición del equipo contrario, supongo que todo el mundo entenderá cómo fue esa situación y las palabras que pudieron salir de la boca de los miles de aficionados allí situados.

Por eso, cuando tengo que condenar, condeno todos los actos, no sólo los que provoquen algunos aficionados del Getafe o aquellos que salen en los medios de comunicación, medios que en ningún caso se hicieron eco de los hechos y que acabo de relatar y que viví en primera persona. 
El deporte es pasión, pero también es educación, solidaridad, cooperación, igualdad, diversidad…
Y la inmensa mayoría de nuestra afición tiene esos valores.

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